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lunes, 4 de junio de 2012

Ingrid Bergman


Ingrid Bergman (Estocolmo, 29 de agosto de 1915 - Londres, 29 de aggosto de 1982). Actriz sueca. Fue la primera actriz en obtener 3 Oscar y 5 Globos de Oro, además de haber sido la primera ganadora del Premio Tony (Antoinette Perry Awards) por su labor en teatro de Broadway. Considerada como uno de los mitos del séptimo arte, es la cuarta estrella más importante de la historia del cine. 

Huérfana de madre a los dos años de edad y de padre cuando solo había cumplido los doce, Ingrid Bergman pasó gran parte de su infancia y adolescencia bajo los atentos cuidados de uno de sus tíos. A los 18 años de edad se graduó en el instituto, y para entonces, la tímida y solitaria Ingrid había ya decidido ser actriz. Un año antes, en 1932, había participado sin acreditar en una película Landskamp, hoy perdida. En 1933 consiguió ser admitida en la Swedish Royal Theatre, pero no soñaba precisamente con ser actriz de teatro, más bien deseaba convertirse en actriz de cine, presentándose a multitud de pruebas.


Finalmente consiguió debutar en El Conde del Puente del Monje (1935) con Edwin Adolphson y Sigurd Wallen, un filme que se rodó en 1934. No era aun esa belleza que, algunos años después asombró al mundo,pero en su rostro empezaron a dibujarse algunos de los rasgos más hermosos, que, tras unas pocas películas y alguna que otra dieta de adelgazamiento asombraron en la primera versión 


Fue el arrollador productor (todavía no independiente) David O. Selznik quien, después de ver el filme, envió un emisario de la Metro Goldwyn Mayer a comprar los derechos de la historia con un largo contrato para Miss Bergman. Recién casada con su primer marido, el doctor Peter Lindstrom, con el que tuvo una hija, Friedel Pia, llegó en mayo de 1939 a Estados Unidos para realizar la segunda versión de Intermezzo (1939) de Gregory Ratoff. Ingrid era una estrella en Suecia y exigió al productor que no se cambiara su nombre ni su imagen, algo a lo que estaban abocadas las actrices europeas que llegaban a Hollywood.








El enorme triunfo del filme le dio la razón. Intermezzo marcó a toda una generación de jóvenes románticas sumidas en la ambigüedad del sacrificio final, que parece artificial, sin hacer olvidar los momentos de felicidad aportados por la culpable pasión, curiosamente el pueblo americano fue mucho menos indulgente cuando, algunos años más tarde, Ingrid Bergman abandonó a su marido por Rossellini.


En 1939 regresó a Suecia para cumplir su contrato, realizando un par de filmes de poca trascendencia. De regreso a Hollywood comenzó a forjarse su descomunal prestigio, aunque no a mayor gloria de Seznik quien la prestó a otros estudios. Harta de personajes buenos insistió en protagonizar a la prostituta Ivy Patterson en El extraño caso del Doctor Jekyll (1941) de Victor Fleming, una mujer coqueta y fácil y después martirizada y aterrorizada por el magnífico Mr. Hyde de Spencer Tracy. 


Al año siguiente, cedida a la Warner coproptagonizó la mítica obra maestra Casablanca (1942) de Michael Curtiz. Éste obsequió a Ingrid Bergman los primeros planos más bellos de la historia del cine: aquella en que Ingrid Bergman le pide a SAm que vuelva a tocar el As Time Goes By, aquellos en los que Humphry Bogat revive su personal historia en París y aquellos que, con los ojos llorosos, ve como debe irse con su rebelde marido y abandonar a Bogart una vez más.






Tras conseguir su primera nominación al Oscar por la adaptación de la novela de Hemingway Por quien doblan las campanas de Santa María (1945), regresó a la Metro para protagonizar con Charles Boyer y Joseph Cotton Luz de gas (1944) de George Cukor, donde, bajo un gran director de actrices, consiguió la preciada estatuilla por su memorable recreación de una dulce esposa que casi se vuelve loca por obra de su ambicioso marido, que trata de convertirla en una paranoica irrecuperable haciéndole creer que sufre delirios.


El mismo año cuando intervino en Las campanas de Santa María (1945) de Leo McCarey, secuela de Siguiendo mi camino, se convirtió en una de las famosas rubias de Alfred Hitchcock, con el que realizó tres filmes: Recuerda (1945), Atormentada (1949) y Encadenados (1946), la más perdecta unión de romance y espionaje del maestro inglés, con una interpretación memorable de Ingrid Bergman, la más sexy de su carrera.


En 1948 rodó Juana de Arco de Victor Fleming, en 1949, después de quedar fascinada por algunos de los filmes neorrealistas de Rossellini, pidió al director italiano protagonizar su próxima película, Stromboli (1950), obra en la que Rossellini renuncia al documentalismo documentalista para mostrar lo más emotivo del movimiento neorrealista. Un filme en el que no existe ni heroína ni héroe y cuyo final es un incierto equilibrio entre la esperanza y la tragedia.








Mientras tanto el romance entre Ingrid Bergman y Rossellini tomó cuerpo y se hizo realidad, con el nacimiento de Robertino, luego llegarían las gemelas Isotta e Isabella esta última también actriz), el consiguiente divorcio del doctor Lindstrom y el inmediato matrimonio en México de la Pareja, quedando ambos artistas marcados por el desprecio del público: Ingrid Bergman fue repudiada por la puritana sociedad norteamericana y Rossellini fue tachado de gigoló por la prensa italiana. Juntos realizaron una serie de películas que fueron muy mal recibidas, entre ellas, Europa 51 (1951) y la destronada Juana de Arco en la hoguera (1954).


Pero los norteamericanos pronto olvidaron y perdonaron. En 1956 filmó en Inglaterra, pero con producción de la Fox, un célebre tema histórico, Anastasia, de Anatol Litvak. Mientras, la relación con Rossellini tocó a su fin. Al poco tiempo, en la entrega de los Oscar en 1957, recién obtenido el divorcio, ganó su segunda estatuilla. En 1958, al tiempo que formaba pareja nuevamente con Cary Grant en una divertida y sofisticada comedia, Indiscreta (1958) de Stanley Donan, se casó por tercera vez con el productor teatral Lars Schmidt.


En sus últimos años su carrera teatral le dio más satisfacciones que la cinematográfica (interpretó desde la escandalosa Té y Simpatía en París, hasta prestigiosas piezas de Henrik Ibsen y Eugene O'Neill), aunque antes, en 1974, había ganado su tercer Oscar, esta vez como actriz secundaria por la interpretación de la vieja misionera Greta Ohlsson en la multiestelar adaptación de la obra de Agatha Christie Asesinato en el Orient Express (1974) de Sidney Lumet.


A finales de los setenta se le diagnosticó un cáncer que no la apartó de su labor interpretativa. Apareció con la cara demacrada en Sonata de Otoño (1978) de Ingmar Bergman, su último trabajo en el cine, no tuvo tiempo de recoger el Emmy por su interpretación de la Primera Ministra israelí Golda Meir en un filme televisivo A Woman Called Golda (1982). Murió la noche de su sesenta y siete aniversario, después de una pequeña fiesta de cumpleaños ofrecida por unos pocos amigos. Fue, sin ninguna duda, la cara más dulce, bella y encantadora que el dorado Hollywood de los cuarenta tuvo el honor de glorificar.







2 comentarios:

  1. Si leéis las memorias de Isabella es posible que conozcáis como una mujer y hombre se junten para tener una hija maravillosa, aunque tenga de comer, la niña, en el suelo y sobre unos cajones de embalaje, porque su papá lo hipotecaba todo por hacernos felices... ¡Grande mamá, grande papá, grandi toutto! y siempre grande, grandee, grandeee, grandeeeee... es il nuestro amor
    e! Premio para quien sepa quien cantaba esta cancion.

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  2. Existen algunas pocas actrices que tienen esa especial cualidad no solo de brillar en la pantalla chica, sino también de trascender en el tiempo y de ser queridas y admiradas por generaciones enteras, Ingrid Bergman es una de las pocas que la posee..., e Isabella también posee aquella mágica belleza que hizo famosa a su madre.

    Y si no me equivoco el intérprete de esta canción fue Lucio Battisti....
    Besos

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